JMJ-LISBOA 2023

 


DIARIO DE UN PEREGRINO  JMJ DE LISBOA 2023

 

 

31/07/2023

 

Salimos a las siete y media de la mañana 132 peregrinos de nuestra parroquia y de la de San Francisco Javier en dos autobuses y fuimos despedidos por muchas de las familias de los que partíamos hacia Lisboa. A mí me asignaron en el autobús número uno y tuve por compañero a Joaquín, el párroco, que declinó mi ofrecimiento para que se situara en el asiento de la ventanilla.

 

Nada más entrar en la autovía, rezamos laudes y después de una preceptiva parada de las muchas que tuvimos que padecer para cumplir con lo legalmente dispuesto, nos disponíamos a ver una película, pero resultó que la pantalla de la TV. Correspondiente a los asientos delanteros no funcionaba. Esta es la primera contrariedad de las vamos a padecer lo largo de la toda la peregrinación.

 

Cuando se hizo la hora de comer, paramos cerca de Talavera de la Reina, y después de buscar algún lugar donde nos dejaran sacar los bocadillos que llevábamos, acabamos en un bar de carretera con poca sombra, pero que fue suficiente.

 

Al cabo de pocas horas cruzamos la frontera y un agente de la Policía Nacional nos pidió a cada uno de los nosotros el DNI, y como no podía faltar, hubo alguien que no lo llevaba encima y lo tenía en su mochila  que estaba en el maletero del autobús y estuvimos más tiempo del esperado. Cosas que pasan. Casi de inmediato comenzó el concierto de las comunicaciones de móviles de cada compañía y no todos tenían el móvil  en condiciones para la itinerancia de datos, pero se solventó con la ayuda de los más expertos, que suelen ser los más jóvenes.

 

Después del trámite fronterizo, tuvo lugar una parada de media hora por cuestiones de horarios que se deben cumplir en un autobús de pasajeros y que todavía no acabo de comprender del todo como se gestionan. Mientras tanto rezamos el Rosario con la participación de los jóvenes en los misterios y en los cantos a la Virgen después de cada uno de ellos. Al acabar algunos pidieron la guitarra y animaron la marcha con las bonitas canciones de Hakuna.

 

Aproximadamente a las 20:30 hora portuguesa, una hora menos, entramos en Lisboa cruzando el largo Puente 25 de abril que atraviesa la desembocadura del río Tajo y después de una media hora y varios intentos, llegamos a la parroquia que nos acoge: "San Juliao da Barra" que está en la freguesía  de Oeiras donde se habían reunido más grupos de peregrinos a la espera de ser distribuidos en los lugares de alojamiento.

 

Llegó el turno a nuestro grupo y fueron nombrando los grupos y la familia de acogida. Todos los peregrinos fuimos alojados en casas de miembros de la comunidad parroquial, excepto los menores de edad que durmieron, acompañados de los catequistas, en una especie de cabaña que tienen los scouts.


Al  equipo clerical (don Joaquín, don Jorge y yo mismo) nos tocó en una casa de emigrantes procedentes de la isla de Santo Tomé en África. Eran unas diez personas entre la madre, hijos, nietos y sobrinos. La casa parece pequeña para tanta gente. Nos recibieron con una gran sonrisa y con una oración de acción de gracia que hizo Belita, la madre, que prefiere que la llamen “Bela”. La verdad es que no era la casa que esperábamos, pero Dios hace siempre bien las cosas, bendito sea.

 

Jorge y Joaquín compartieron una habitación con dos camas y a mí me toco en un sofá del salón de la casa. Después de un breve rato de charla, no fuimos a dormir. Tardé en conciliar el sueño por el calor y por la extrañeza de la cama.

 

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01/08/2023

 

Nos despertamos aproximadamente a las 7 y teníamos preparado todo lo necesario para desayunar muy bien: fiambres, café con leche mantequilla y mermelada y también fruta: un desayuno de categoría y que no esperábamos que fuera tan abundante.

 

Cuando llegamos a la parroquia, que fue el punto de encuentro para comenzar cada jornada, nos encontramos con un grupo de peregrinos de Texas concretamente de “El Paso” que estaban interpretando unas rancheras y algunos nos animamos a cantarlas con ellos,    después de un café de máquina.

 

Nos dirigimos al aparcamiento de los autobuses y los catequistas nos entregaron las credenciales y pusimos rumbo a un sitio donde hubo un milagro eucarístico, Santarem. Os dejo el enlace para que sepáis algo del lugar y de lo que ocurrió.

 

https://webcatolicodejavier.org/MilagroEucaristicoSantarem.html

 

Rezamos laudes y después nos dio una pequeña catequesis Joaquín sobre la Eucaristía como centro de la vida cristiana: “No hay cristiano sin eucaristía.”, nos dijo. Posteriormente, tuvimos aproximadamente media hora para entrar en la iglesia y rezar por todas aquellas personas que sabemos que necesitan nuestra oración. También para dar las gracias por cuanto nos da el Señor cada día.

 

La comida tuvo lugar en un centro comercial, donde algunos establecimientos servían menús del “peregrino” que nos entregaban presentando la credencial. Las viandas solían ser: hamburguesas bocadillos, patatas fritas y una bebida no alcohólica. Luego nos tomamos un buen café.

 

Después pusimos rumbo a Fátima y al llegar recorrimos y rezamos el Vía Crucis propio del lugar. Cada misterio era leído por unos de los dos presbíteros y luego la meditación por uno de los peregrinos. Curiosamente hacía unos veinte días lo había hecho yo también pero con mi mujer, Merche, durante una peregrinación que hicimos con algunos hermanos de la parroquia y que fue organizada por Los Heraldos del Evangelio. Me resultó curioso hacerlo yo solo. Al finalizar el Viacrucis hice una foto del grupo. Después estuvimos cenando en la explanada del Santuario de Fátima con el picnic que nos habían dado a la hora de comer.

 

El regalo del día fue que pude participar revestido de diácono en la procesión Mariana de las velas que se hace todas las noches, mientras se reza el Rosario. Al finalizar la procesión Mariana me pude hacer una foto como Monseñor Munilla que participó también. Asimismo pude charlar un rato con unos cuantos sacerdotes de la diócesis de Brooklyn que estaban acompañados por su obispo, al que también tuve la oportunidad de  saludar.

 

Llegamos a la casa de acogida alrededor de la una de la madrugada y estaban todos dormidos y tardaron en abrir. Nos ha sabido fatal molestarlos, pero Bela nos ha recibido con una sonrisa; medio dormida, pero con una sonrisa.

 

Esta vez me ha costado menos dormir. He caído rendido. Mi último pensamiento ha sido para Merche.

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02/08/2023

 

A las nueve de la mañana llegamos a la parroquia como todos los días para comenzar la jornada. Acudimos al aparcamiento de los autobuses y después de una media hora de recorrido llegamos al inicio de una pista forestal que nos iba a conducir al Santuario de la Peninha, ubicado cerca de Sintra.

 

Fue una subida bestial y cuando digo bestial no estoy exagerando, pero al menos durante la ascensión el cielo estuvo totalmente nublado y al llegar a la cima se fue despejando poco a poco y pudimos disfrutar de unas vistas espectaculares. Doy gracias a Dios por haber dejado de fumar hace más de veinte años, sino no hubiera podido dar ni dos pasos, aún así llegué muy cansado.

 

Una vez llegamos y recuperamos el aliento (al menos yo) hicimos la oración de Laudes y en ese contexto pudimos escuchar el testimonio de un matrimonio de la parroquia de San Francisco Javier que había estado de misión en Ucrania y de Jorge que también compartió con nosotros el recorrido de su vocación al presbiterado. Por último una catequista dio una breve catequesis sobre la vida de Carmen Hernández.

 

Descendimos todo lo que habíamos subido con sumo cuidado para no resbalar y caernos, y el autobús nos llevó a un centro comercial de la población de Cascais donde comimos el ya tradicional menú del peregrino, a saber: hamburguesa, bocadillos o pizzas y un refresco.

 

Después de tomar un café, nos dirigimos al famoso cabo de Roca que es el punto más occidental de Europa. Soplaba un fuerte viento, pero pudimos celebrar la eucaristía en una especie de terraza que nos cedieron los propietarios de una de las casas cercanas. El Evangelio era sobre aquel que en encuentra el tesoro o la perla, y Joaquín estuvo muy acertado en la homilía recalcando que es  más importante el tesoro que se encuentra, Cristo, que a las cosas que se dejan por él.

 

Regresamos a la zona de la parroquia y después de intentar cenar en un “Telepizza” que estaba abarrotado, acabamos en un McDonald's degustando una estupenda hamburguesa, patatas fritas y un botellín de agua.

 

Regresamos cada uno a la casa donde fuimos acogidos.   Cansado del día, sobre todo de la caminata de la mañana, caí rendido. Mi último pensamiento, ya sabéis para quien fue.

 

https://www.parquesdesintra.pt/pt/parques-monumentos/santuario-da-peninha/

 

 

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03/08/2023

 

A las 8 llegamos al lugar de encuentro en la parroquia después de haber desayunado muy bien y nos tomamos un café el grupo clerical.

 

Esta vez nos dirigimos hacia el Seminario Redentoris Mater de Lisboa que está ubicado en la freguesia de Aneças, a unos treinta minutos. Fuimos acogidos en la puerta por el rector, el director espiritual y por tres seminaristas con el canto “Bendita eres tu María” y lo primero que hicimos fue rezar los laudes. Al finalizar escuchamos el testimonio de uno de los seminaristas. Más tarde nos enseñaron las dependencias de la casa y finalizamos con un sencillo refrigerio que nos habían preparado. Siempre resulta impactante escuchar como el Señor llama a las personas, en especial a los que un día serán los presbíteros que nos ayudarán a caminar. Es una filigrana de Dios llena de amor hacia quien llama y a la Iglesia. También le pido al Señor que me ayude a ejercer mi ministerio a favor de los demás y que lo pueda hacer con humildad.

 

Comimos en un parque de Sintra. Los catequistas y el grupo clerical encontramos un sitio más o menos cómodo para degustar un bocadillo de atún. Después no perdonamos el habitual café en una terraza de un bar cercano.

 

Llegó el momento del primer acto oficial de la JMJ, la acogida del Papa en el parque Eduardo VII. Desplegamos la pancarta que sería nuestra guía en todos los desplazamientos multitudinarios. Estábamos justo en el extremo del lugar donde Francisco dirigió unas palabras de bienvenida a todos. Por suerte teníamos una pantalla cerca. A veces suele ocurrir que el lugar asignado por la organización o está ocupado o nos es imposible acceder y hay que conformarse con el sitio que queda.

 

Hizo mucho calor, y para mi gusto demasiados bailes y canciones como preámbulo a la intervención del Papa. No sabía donde sentarme y si me ponía de pie, los de detrás no paraban de protestar porque no veían nada. Pero bueno, al final de tanta coreografía, por fin habla el Papa y se le nota muy desmejorado y con la movilidad reducida: va en silla de ruedas. Habló en español, ante la alegría de los grupos hispano-parlantes. Fue un discurso breve, pero lleno de cariño. Me quedo con una frase que dijo: “Jesús te llama porque te ama.”

 

Cuando acabó todo, tardamos lo que no está escrito en salir. Fuimos hacia los autobuses llenos de buen ánimo cantando por la calle “Resucitó” “Una Gran señal” y los habituales éxitos del “Hit Parade” de Kiko. Es una fiesta ver tanto joven dar palmas y cantar. Un pueblo en fiesta. Mientras esperamos los buses, los chavales y también las chavalas se dedicaron a hacer una versión actual de "churro vaaaa". Acabamos cenando, cómo no en un McDonald's: Hamburguesa, ensalada y me permití esta vez una cerveza.

 

Llegamos los tres del clero sobre las 23:00 h. cansados y convencidos de que estarían todos durmiendo en la casa de acogida, pero ¡menuda fiesta tenían montada! con motivo del cumpleaños de unos de los chicos, por lo que nos tocó estar un buen rato con ellos echando unas risas, pero aunque estaba ahí sonriendo y sin entender nada, mi mente ya estaba durmiendo. Sobre las 23:30 pasadas caí en el sofá cama y casi no me da ni tiempo de tener mi último pensamiento con quién ya sabéis

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04/08/2023

 

En este día estaba programada una visita al monumento de Cristo Rei, pero no pudimos ir porque había habido un accidente en el puente 25 de abril y los catequistas decidieron que fuéramos a la zona donde está el Monasterio de los Jerónimos, el monumento a los descubrimientos y la torre de Belem. Son tres lugares ligados a la época en que Portugal fue una gran potencia marítima y pudo llevar a cabo la evangelización de todas sus antiguas colonias en África, América y Asia.

 

https://www.disfrutalisboa.com/torre-belem https://www.portugal.net/lisboa/que-ver-lisboa/monasterio-jeronimos/ https://www.lisboando.com/padrao-dos-descobrimentos/

 

Rezamos laudes cerca del monumento a los descubrimientos y una catequista dio su experiencia, sobre todo dirigida a las chicas. Tuvimos una media hora de tiempo libre para dar un garbeo por el lugar.

 

Comimos en una pizzería Éramos muchos y la verdad es que aunque ponían todo su empeño en servirnos lo antes posible, hubo mucha demora en el servicio. Estábamos cerca de la entrada al sector que teníamos adjudicado en el parque Eduardo VII y esta vez pudimos acceder sin demasiados problemas.

 

Seguimos por una pantalla el Vía Crucis que habían preparados algunos jóvenes. Cada estación iba seguida de alguna meditación y a veces de un testimonio de algún joven que había salido del sufrimiento gracias a personas que Dios había puesto en su camino.

 

Después nuestro grupo de jóvenes comenzó a cantar y a bailar y se unieron otros de diversas procedencias. Es un gozo ver como comparten cantos, bailes, sonrisas. Se nota una complicidad entre ellos que desbordan idiomas y lugares. Han venido a esto, a compartir con los demás su fe, su alegría de ser cristianos y a escuchar al Papa. ¡Esta es la juventud de Papa! Se oye por todas partes.

 

Cenamos en un centro comercial.

 

Llegamos a las 23 h. a la casa de acogida y... estaban acabando de cenar. Saludamos, dimos la “boa noite” y nos fuimos a dormir. .... ¡Qué calor hace!, seguro que Merche está fresquita. Me alegro por ella.

 

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05/08/2023

 

8:30 en Parroquia y habitual café.

Rezamos Laudes en un jardín cercano y recibimos una catequesis sobre el Papa: Pedro es la roca donde Jesús quiso edificar su Iglesia; que fue un cobarde y un traidor, pero que luego se arrepintió y fue capaz de dar su vida por Él.

 

A las 10:30 Partimos hacia el parque Tejo y después de dar vueltas y vueltas, de intentar entrar por donde teníamos asignado y no conseguirlo porque nos mandaban de un acceso a otro, por fin llegamos a las 13:30 a nuestro sector, el B10. Tenemos una buena pantalla para no perdernos nada de lo que ocurra.

 

Extendimos nuestros plásticos y esterillas y comimos de los que nos han dado antes de entrar en una bolsa.

 

Mientras tanto, animan diversos grupos musicales hasta que llega HAKUNA! y se desata la locura. La verdad es que cantan muy bien y los jóvenes corean sus temas. Es una manera de evangelizar que atrae a muchos.

 

A las 20:30 llega el Papa y comienza la Adoración al Santísimo.

Creo que es la experiencia más portentosa que he vivido en esta JMJ: Un anciano levantando la custodia con Jesús sacramentado mientras un millón y medio de jóvenes están en el más absoluto silencio, es una imagen potentísima. Estoy convencido de que el Espíritu Santo vive en cada chico y en casa chica. Es algo muy profundo que me estremece y ayuda a mi fe.

 

Cenamos de la bolsa que nos han dado: pan Bimbo, lata de atún, zumos, barritas energéticas, agua y poco más.

 

Intentamos dormir y surgen dos dificultades: el suelo que es duro y las canciones que suenan por la megafonía, pero es lo que hay y cuando enmudecen los bafles, comienzan las guitarras. Yo estoy charlando un rato con unas peregrinas de Navarra. Me preguntan sobre mi vocación al diaconado y se interesan por lo que es y hace un diácono.

 

Llega a hora de intentar descansar y creo que me quedé dormido a los compases de "soy español, español...cantado por algún grupo que se resiste a meterse en el “sobre”.

 

En fin, uno tiene sus años y las incomodidades pesan más, pero hay que intentar dormir porque a las 4 sonará la alarma y hay que ponerse en marcha para coger buen sitio el grupo clerical para asistir a la misa del Papa.

 

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06/08/2023

 

Nos levantamos a las 4 de la madrugada los tres del clero y nos dirigimos al lugar destinado para presbíteros y diáconos en la Misa del Papa cargados con todo lo que llevábamos para pasar la noche. Tardamos 15 min en llegar y nos dan casulla o dalmática y estola. Ir tan pronto tiene su recompensa estamos en las primeras filas frente del altar.

 

Hasta que comienza la Eucaristía paseamos cerca del altar, hacemos fotos, charlamos con otros sacerdotes y diáconos que van a participar. No he visto tantos curas y diáconos juntos. Pasamos mucho calor, y el abanico del que voy provisto ayuda a soportarlo. Estoy contento de asistir.

 

La misa es bastante breve y se agradece por la alta temperatura. De la homilía de Francisco me quedo con una frase que además de una exhortación parece un ruego de un padre a sus hijos: “no tengáis miedo, no tengan miedo”, lo repite muchas veces y me evoca a San Juan Pablo II, Gran Papa, mi Papa y el de muchos de mi generación. Acaba la Misa y los tres clérigos vamos al encuentro del resto del grupo.

 

Cómo están lejos de nosotros, comemos lo que podemos y cómo podemos y después de mucho andar bajo un sol de justicia encontramos al resto del grupo en un parque donde literalmente pongo la cabeza debajo de uno de las fuentes instaladas.

El autobús nos recoge y se agradece el aire acondicionado y la comodidad del asiento.

 

Llegamos a la casa de acogida, nos duchamos y degustamos comida típica de Santo Tomé. Hoy nos han sentado a la mesa con un señor y una señora que no conocíamos. La verdad es que en esa casa, donde nos tratan de maravilla, cada día encontramos a alguien nuevo. Cuando acabamos la comida, nos levantamos de la mesa y toma el relevo algunos de la casa. En esa casa parece que comen a turnos y algunas mujeres en la cocina.

 

Apetece hacer la siesta y tengo sueño, pero hay tal follón en la casa que optó por hacer algo de turismo y se apuntan Jorge y Joaquín. Cogemos un tren al centro de Lisboa y paseamos por la Plaza del Comerço, nos tomamos un "croquetón" de bacalao con una buena cerveza y después me voy a buscar algún detalle para llevarle a mi mujer a mi regreso a Valencia.

 

Vuelta a casa y ni siquiatra cenamos. Decimos buenas noches y casi ni me da tiempo a pensar en quien vosotros sabéis y que tengo en mi mente. Estoy muy cansado y muy contento por la Vigilia y la Eucaristía con el Papa.

 

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07/08/2023

 

Salimos de la parroquia sobre las 9 h. hacia el monumento de Cristo Rei con la intención de rezar laudes. Cómo es habitual, nos cuesta llegar más del tiempo del previsto. Cuando llegamos encontramos una sombrita y allí en el contexto de la oración, se habla de la vocación que es única y es a la santidad y luego se concreta en la que cada uno tiene en su corazón y que el Señor te descubre.

 

https://www.portugal.net/lisboa/que-ver-lisboa/santuario-cristo-rey/

 

Luego tenemos problemas de tráfico para llegar al encuentro con Kiko; mucho calor, pero esto no aminora el entusiasmo de los jóvenes que cantan en todas las caminatas: Resucitó, Una Gran señal, Id y anunciad....

 

Llegamos al encuentro, estamos a 36 grados y comprobamos que no va a ver espacio suficiente para los 75.000 inscritos. Casi no nos podemos sentar.

 

Me acerco a la zona más cercana al escenario y pregunto por Ángel Bello al que conozco de Valencia y que es del equipo de itinerantes de Lisboa. Entonces alguien que está en el escenario le dice a la voluntaria que custodia la entrada al lugar más cercano que me deje pasar. Acabo casi en primera fila, en unas sillas inmediatamente frente al escenario. No me lo puedo creer, estoy entre los hermanos del camino que tiene sitio preferente. Estoy sin comer, pero me da igual.

 

Después de varios anuncios de que llega enseguida, aparece Kiko, Ascensión y el Padre Mario con el Patriarca de Lisboa. Comienza la celebración y Kiko lo lee todo y es asistido por Ascensión, no parece el mismo, con la garra, y la fuerza y la espontaneidad que le ha caracterizado en todos los encuentros. Eso sí, conserva el espíritu evangelizador de siempre.

 

Tiene lugar la procesión de la Virgen de Fátima y Kiko invita a los presbíteros presentes a seguirla en procesión hasta el escenario. Yo, aunque solo soy un diácono, me uno. Últimamente tengo la oportunidad de estar muy cerca de la imagen de la Virgen. Es una gracia que se derrama de un modo inmerecido y que seguro que me ayudará cuando lleguen las dificultades.

 

El P. Mario, aunque está físicamente peor, está más ágil con la palabra y más centrado. Con él hay más aplausos y ovaciones. Luego habla Ascensión y cuenta parte de su experiencia; sobre todo habla a las chicas.

 

Después de una exhortación del Patriarca de Lisboa, Kiko con toda la fuerza de que es capaz, que no es mucha. Pide primero chicos y luego chicas: 2000 chicos y 1500 chicas se dirigen con emoción al escenario para ser bendecidos.

 

Uno de nuestra parroquia, David de la comunidad 12, a la que tengo la ocasión de presidir las celebraciones de la Palabra se ha levantado para presbítero. No para de llorar de la emoción y la tensión. Es abrazado por todos. Es una alegría para nuestra parroquia y un gran estímulo para los jóvenes que haya movido su corazón. Luego hay seguir un proceso con él y con todos para confirmar, o no, la vocación. Acabamos cantando y bailando. Lo dicho, un pueblo en fiestas.


Tardamos mucho en salir y después una caminata para llegar al bus. Nos desvía la policía y nos hace dar una gran vuelta.

 

Llegamos a la casa y Bela tiene amabilidad de prepararnos una cena de urgencia (son las 12 de la noche): calienta pollo en salsa, queso y papas. Y agua, mucha agua.

 

Pienso en mi propia vocación y doy gracias a Dios por ella, y es doble: ser esposo, amando a mi mujer y cuidándola, y servir a la Iglesia con mi ministerio. Me preparo la maleta para el día siguiente y a dormir. Esta vez me cuesta un poco más conciliar el sueño.

 

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pB


08/08/2023

 

Desayunamos por última vez en nuestra casa de acogida y al acabar nos hacen un regalo, una taza de desayuno con la bandera de Sto. Tomé. Es un detalle que quiere expresar todo el cariño que han puesto al estar a nuestro servicio. Son pobres, nos consta, y han dado todo lo que tenían. Dios les dará su recompensa, estoy seguro. Antes de irnos, Joaquín hace una bendición sobre la casa y quiénes la habitan.

 

A las 8:30 estamos en la Parroquia y en cuanto llegan los autobuses, cargamos las maletas y partimos hacia Valencia.

 

Cerca de Mérida, sobre las 14:30 h. paramos a comer y aunque las camareras se afanan y son diligentes, tardamos más de lo estipulado y a las 16:10 h. reanudamos la marcha.

 

Rezamos el Rosario y después algún joven da su experiencia de la peregrinación. Son breves, espontáneos y van al grano; hay que aprender de ellos. Sólo hacemos una última parada para cenar. Allí tengo la alegría de encontrarme con mis sobrinos Laura y Ángel de la parroquia de Santo Domingo Savio.

 

En el último tramo se alternan con la guitarra varios de los peregrinos y cantan canciones de Hakuna. Cuánta pasión y alegría derrochan.

 

Entramos en Valencia y la emoción salta a borbotones, y cuando el bus enfrenta la Avenida de la Plata se ve a las familias que ha estado esperando a los suyos.

 

Se recogen las maletas y cada uno volverá a su casa con lo vivido en esta JMJ que seguro dará sus frutos. Algunos ya los hemos visto.

 

Acabo aquí esta crónica no exenta de errores de expresión y con alguna falta de ortografía, aunque siempre procuro no tenerlas. Gracias a todos por vuestra confianza y paciencia, y sabed que al primero que ha ayudado es a mí.

 

En mi resuenan todavía una palabras de Kiko que me llegaron: “La Iglesia necesita un nuevo clero que sea humilde, santo y misionero”. Señor, eso lo quiero para mí.

 

Quiero agradecer a Don Joaquín y al equipo de catequistas que han llevado esta peregrinación que me hayan hecho un hueco para poder participar y ayudar en lo que me han dicho. También a Jorge por la compañía y los buenos ratos que con Don Joaquín hemos pasado juntos en casa de “Bela” y su gran familia que nos han tratado y acogido de un modo magnífico. Dise lo pague.

 

Valencia, 16 de agosto de 2023

Ramón Borja – diácono de la Parroquia





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