PEREGRINACIÓN A COVADONGA
DIARIO DESDE EL 27 AL 31 DE JULIO DE 2024
PEREGRINACIÓN A COVADONGA.
Día 26/07/2024
Llegué a la parroquia sobre las 22:45 y somos pocos los que estamos
todavía, porque siguiendo la costumbre, los peregrinos van llegando poco a poco
y la mayoría a partir de la hora en que estaba previsto el comienzo de la
Eucaristía. El evangelio que se proclama es en el que Jesús explica la parábola
del sembrador. Me llama la atención que se nos regale este texto antes de salir
porque nos ayuda a estar vigilantes y tener la voluntad de ser tierra buena
donde la palabra de Dios encuentre acogida en nuestro corazón. Nos anima a
vivir estos días con disposición a que el Señor nos hable también en las
vicisitudes que vayan surgiendo.
Finalmente conseguimos emprender la marcha pasadas las doce de la noche y
el trayecto transcurre intentado dormir y despertándonos varias veces para
acabar rendidos por el sueño después de muchos intentos de acomodar el cuerpo
de muchas posiciones, cada cual más extraña.
Día 27/07/2024
Llegamos al Seminario Redentoris Mater de León sobre las nueve y media de
la mañana y descendemos del autobús medio despiertos mientras escuchamos el
canto de la Visitación de nuestra Señora interpretado por unos cuantos
seminaristas, el director espiritual y el rector que en español se llama
Mateusz. Con este detalle tan sencillo
nos reciben y nos acogen porque vamos a pasar el día allí. Después de los
habituales saludos nos invitan a desayunar: un buen café con leche y unas pequeñas
y sabrosas magdalenas sirven para templar un poco nuestro cuerpo después de esa
noche viajera.
El rector nos relata cómo Kiko tenía un empeño especial en que se erigiera
un seminario en tierra natal y como que pese
a las dificultades económicas pudo llevarse a cabo, sobre todo porque como
decía el mismo Kiko: “si es de Dios, saldrá el dinero”, y salió a través de una
herencia generosa. Después nos enseñó las dependencias de la casa, que antes
era el seminario menor de la diócesis. La verdad es que es un edificio muy
grande con una especie de gran patio interior.
Posteriormente tuvo lugar una celebración penitencial para prepararnos a lo
que nos espera de esta peregrinación. Al principio estaba solo Mateusz, pero
luego acudieron dos presbíteros más y se agilizó el tiempo de las confesiones.
A mí asignaron la tarea de ayudar con el libro del ritual.
Después llegó la hora de comer y nos obsequiaron con lo que llamaron
“paella leonesa”, y la verdad es que teníamos mucha hambre, por lo que esto
ayudó ser más indulgentes sobre la eventual crítica gastronómica del plato que
finalizó con un buen café y tertulia.
Al cabo de un rato de descanso fuimos caminando hasta el centro de León que
está a tres kilómetros y medio. Fue una caminata de casi una hora bajo un sol
que sin ser insufrible, no ayudó a hacer ligera la andadura.
Mateusz nos explicó el interior de la catedral, y puso énfasis en el papel
de las vidrieras que dejan penetrar al sol para iluminar todo el espacio, así
como nosotros somos alcanzados por la claridad de la luz de Dios que alumbra
nuestra vida. Tuvimos un rato libre para circular por el recinto admirando esta
bella muestra del arte gótico que siempre hace presente con sus alturas el
sentido trascendente de la vida.
Fuimos a visitar la casa donde nació Kiko Argüello, que hoy ocupa el lugar donde hay un restaurante.
Una placa, que el dueño quiso que siguiera luciendo, indica el acontecimiento.
A los dos años la familia de Kiko se trasladó a Madrid, pero él siempre que
tiene ocasión presume de sus orígenes leoneses. A acabar hicimos el recorrido
hasta la plaza de la catedral entonando los habituales cantos del camino.
Nos montamos en el autobús en dirección a
Oviedo, después despedirnos de Mateusz y de agradecerle el
acompañamiento que durante todo el día tuvo con nosotros y las atenciones con
se prodigó para hacernos más fácil todo la jornada.
Después de hora y media de trayecto llegamos al colegio Calasanz de los
Padres Escolapios donde teníamos el alojamiento de esa noche. Una buena ducha y
una buena cena preparada por el equipo de restauración (pollo a la cerveza)
fueron el mejor final para acabar el día. Extendí la esterilla, me metí en el
saco y después de un rato de queja por parte de mis huesos, parece ser que
encontré la postura y me dormí. Mi último pensamiento, para Merche que estará
durmiendo en nuestra cómoda y ancha cama.
Día 28/07/2024
A las siete de la mañana comenzó a sonar móvil de Paco y rápidamente
recogimos los sacos y demás pertenencias y nos dirigimos al lugar donde el
equipo de cocina nos había preparado el desayuno que era completo y abundante.
Mientras lo saboreaba me acordaba de mis tiempos de campamento con los Juniors
de San Miguel y San Sebastián cuando el desayuno consistía en un vaso de
colacao y una magdalena, y ahora hay hasta leche de almendras; ¡cómo cambian
las cosas!
Nos pusimos en marcha hasta la población de Cangas de Onís y después de una
buena caminata, hicimos una alto en el camino para rezas Laudes, que tuve el
regalo de presidir, y al acabar la lectura breve un catequista se encargó de
hablar claramente y sin tapujos de las adicciones, sobre todo de una de las más
extendidas y peligrosas que hay: la pornografía. Fue muy didáctico y puso
muchos ejemplos que hicieron muy comprensible todo lo expuesto. Proseguimos la
marcha hasta llegar al momento emblemático de la peregrinación: La visita a la
cueva de la Santina, donde lamentablemente no pudimos estar todo el tiempo que
hubiéramos querido porque nunca hay suficiente tiempo para estar con nuestra
madre la Virgen. Le di gracias por tantos dones y por su intercesión. Puse a
sus pies mi matrimonio y mi ministerio diaconal de los que es protectora, así
como todas las dificultades y problemas de mi familia y mi comunidad.
Fuimos a los lagos de Covadonga y recogimos en el trayecto a nuestro
párroco al que tributamos una gran ovación. Ya en los lagos, Joaquín acabó las
laudes que habíamos comenzado antes y nos distribuyeron la comida: un suculento
bocadillo de longanizas con tomate. Al acabar y en vista de que no había ningún
bar para tomar café cerca nos dedicamos a pasear buscando el camino de uno de
los dos lagos, y después de varias horas bajo un sol de justicia íbamos a
desistir, pero Julián y yo que perseveramos pudimos hacernos la foto de rigor
cerca de uno de ellos.
Tuvo lugar la primera eucaristía de la peregrinación. El evangelio era el
de la multiplicación de los panes y de los peces, donde el Señor partiendo de
lo poco que tienen los discípulos alimenta a una multitud. La misión es así
también; el Señor la lleva a cabo, pero a través de nosotros y de nuestra
debilidad; pero ese “poco nuestro” le es necesario. Parece que Dios sepa que
mañana saldremos de misión.
En dos horas llegamos al colegio Calasanz de Santander. A Joaquín y a mí
nos asignaron una habitación para los dos. Después de la preceptiva ducha,
cenamos una especie de “pastel de macarrones” muy sabroso y nos fuimos a
dormir. Esta vez casi no me da tiempo a pensar en Merche de lo cansado que
estaba y de lo cómoda de la cama.
No hizo falta despertador porque el ruido de unas obras cercanas nos
despertó. Después del correspondiente desayuno, rezamos laudes en la capilla
del colegio y se sortearon las parejas y tríos para realizar la misión por
Santander. A mí “me tocó” Joaquín por designación de los catequistas.
La misión era desde las 12 hasta las 18 horas e íbamos tan solo con el
carné de identidad y la Biblia. Nos encontramos con gente que reaccionó de
diversas maneras; unos nos rechazaba educadamente, otros no tan educadamente,
algunos nos escucharon con cierto interés, como una chica emigrante con la que
estuvimos un buen rato escuchando su historia y nos permitió incluso abrir un
evangelio; pero el más impactante, por lo menos para mí, fue un sacerdote que
después de anunciarle el Kerigma, nos miró con una cara entre indiferente y un
“eso ya lo sé yo”, percibí cierta actitud de suficiencia. Está claro que el
clero somos los más duros de conversión porque parece que nos lo sepamos todo y
que los demás, los laicos, son menos. El clericalismo, como dice el Papa, esclaviza al pueblo fiel. De un servicio pasa a
ser una dominación. En fin, acabamos contentos de haber dado la cara por el
Señor, y hasta comimos unas cuantas patatas y agua que no dieron unos de
nuestros jóvenes, que al igual que la mayoría de ellos recibieron comida y
bebida, constatando que la providencia es efectiva.
Las 18 h. no juntamos todos, alegres de
haber hecho la misión y lo expresamos como es común en nosotros, cantando y
bailando; mientras la gente de alrededor nos miraba y hasta nos hacía vídeos y
fotos. Recorrimos el camino de vuelta al colegio entre cantos de fiesta y
alabanza. Ducha y cena, esta vez un delicioso arroz seco con costillas
salpicado por más de una anécdota del día.
Tuvo lugar un rato de Adoración al Santísimo
Sacramento y los jóvenes (y los catequistas) dieron la experiencia del día. Es
un privilegio ser testigo de todo lo que contaban: a quienes habían hablado,
qué les habían dicho, cómo habían podido comer gracias a la providencia; pero
sobre todo me admira esta generación tan valiente, que son capaces de hablar de
Jesucristo sin tapujos, con coraje y ánimo. Es un acontecimiento que no
olvidarán.
Y a dormir, que el día ha sido completo.
Mientras intento conciliar el sueño medito sobre mi ministerio; no se me quita
de la mente la cara del sacerdote al que hablamos. Le pido al Señor que pueda
siempre acoger su Palabra con alegría y la pueda predicar con valentía y sobre
todo desde la humildad. Merche, buenas noches.
Día 30/07/2024
A las 7:30 nos hemos levantado. Hemos desayunado y nos hemos dirigido a
Garabandal. Durante el trayecto Paco nos ha dado cierta información sobre el
lugar y una serie de apariciones de la Virgen María que se afirma que tuvieron lugar entre 1961 y
1965, a cuatro niñas de la localidad de San
Sebastián de Garabandal que está a
una hora y pico de Santander.
Una vez llegamos a la localidad y después de salvar un
buen desnivel hasta el lugar llamados “Los Pinos” donde tuvieron lugar la
apariciones, hicimos la oración de Laudes donde, después de la lectura breve,
hubo una catequesis sobre la sexualidad, donde se abordó desde la antropología
cristiana dicho tema. A acabar pudimos tener un breve espacio de tiempo para
rezar en ese lugar, donde me acordé sobre todo de las personas enfermas y sus
cuidadores, para que la Virgen los ayude en su sufrimiento. También tuve un
recuerdo especial por todos y cada uno de los hermanos de mi comunidad.
Continuamos viaje hacia La Aguilera, parando en un
restaurante de carretera y poco rato después llegamos a Iesu Comunio donde
salió a recibirnos una de las hermanas que nos acompañó al locutorio donde
todas las demás nos recibieron con un cántico. Después de los saludos, hubo un
grato intercambio de experiencias entre los peregrinos y las mismas hermanas
que resultó muy estimulante para nuestra fe. También mostraron un cuadro que
había pintado la Madre Verónica inspirándose en todas las personas que les
piden oraciones, un lienzo muy bello que nos conmovió al mirarlo mientras nos
lo iban explicando. Al finalizar tuve la alegría de abrazar a Isabel, mi
sobrina y charlar un rato con ella y con Belén, su hermana, que es una de las
peregrinas.
Luego nos dirigimos un colegio y casa de convivencias de los “Gabrielistas”
donde pudimos cenar y dormir. Esta vez solo hubo habitación para Joaquín, y yo
compartí suelo con el resto de los peregrinos y esto hizo que tardara en dormir
y ocupar mi mente con mis seres queridos; me dio tiempo a rezar hasta por los
familiares más lejanos. La próxima vez traigo una colchoneta, ¡palabra!
Me despierto muy pronto y me es imposible ducharme, y no porque el agua
saliera fría, todo lo contrario: quemaba de lo caliente que estaba. Opto por
asearme como puedo y a continuación recojo saco y la esterilla. Desayunamos y
nos ponemos en marcha en el autobús.
Llegamos sobre las once a Fuente de Carboneros, el emblemático lugar donde
en medio del templo medio abandonado y derruido donde Kiko en los años 60 celebró
por primera vez la Vigilia Pascual, y también tuvo lugar la primera convivencia
de itinerantes del Camino. Desde este lugar marcharon muchos a predicar el
evangelio por todas partes. Como nos dijo Miguel Ángel, un hermano de una
comunidad de Segovia que atiende a todos los peregrinos, ese es el lugar de los
comienzos del camino que queda porque las barracas de Palomeras donde estuvo
Kiko ya no existen. Nos detalló las circunstancias providenciales por las que
Kiko y Carmen acabaron en ese lugar.
Celebramos la Eucaristía y es el mejor colofón de toda la peregrinación. No
hay muchos ecos, no son necesarios; la alegría que se expresa en los cantos,
dando palmas y sobre todo en los semblantes de todos es más que suficiente, y
el evangelio del día no podía ser más oportuno: el tesoro escondido en el campo
y la alegría del que lo encuentra que le hace vender todo para comprar el
terreno. Es la alegría de recibir y no la tristeza de renunciar el mensaje.
Jesús, como dijo el Papa Benedicto XVI, no quita nada, lo da todo. Pues todos
los peregrinos hemos recibido en esta peregrinación la posibilidad de tener un
encuentro con Jesucristo, y eso es lo mejor que nos podía pasar.
La comida de hoy es especial y de paso descansa el magnífico equipo de
cocina, que ha hecho más fácil estos días. Hoy toca sentarse en a una mesa y
que nos sirvan. La comida es muy buena y pasamos un rato muy agradable todos.
Íbamos a parar en Alcalá de Henares para visitar a las Siervas del Hogar de
la Madre y compartir un rato con Gracia Ortuño, una hermana de nuestra
parroquia, pero no ha podido ser. Esto hace que lleguemos antes a Valencia,
sobre las 23:30, parando para cenar un sándwich.
Y como es costumbre, nos esperan las familias de los peregrinos. Abrazos,
besos y demás y vuelta al hogar donde nos espera un merecido descanso.
Ha sido una peregrinación que creo que nos ha ayudado a todos. Unos momentos habrán gustado más y otros menos,
seguro que cada uno podría haberlo hecho
así o de otro modo, y seguramente cada
uno podrá subrayar los momentos concretos donde ha experimentado mayor alegría,
mayor presencia del Señor. Yo me quedo con dos: el breve rato en que puso a los
pies de la Santina mi matrimonio, mi ministerio, mi familia y mi comunidad, con
todos los sufrimientos que tenemos; la otra experiencia que alegró mi corazón
fue la Misión; predicar a Jesucristo, anunciar la Buena Noticia es con mucho el
mayor regalo que se me ha ofrecido estos días.
Gracias al párroco y a los catequistas por permitirme participar estos días
de la satisfacción de peregrinar en medio de un pueblo en fiestas.
Valencia, 17 de agosto de 2024
Ramón Borja, diácono.
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